CREES

Autor: Miguel Collado Di Franco

 

En República Dominicana continúa preocupando que los salarios de los trabajadores sigan siendo bajos. En días recientes se ha comentado en diversos medios de comunicación acerca del tema de los salarios y la necesidad de que sean mayores.

Las opiniones recogidas por los medios han tenido su origen en una representación gráfica de una medición de la productividad por medio del Producto Interno Bruto real por hora, y el promedio de los ingresos reales percibidos por los perceptores de ingresos dominicanos publicada recientemente por el Banco Central de la República Dominicana. Los comentarios han expresado que los salarios siguen siendo bajos y que es necesario aumentarlos a la luz de que la productividad, medida por el PIB, aparenta estar aumentado a un ritmo mayor al que crecen los ingresos.

Entendemos que al diálogo público le han faltado varios elementos que es necesario abordar. El tema es muy preocupante y debe ser una prioridad de las políticas públicas del país. En consecuencia, es necesario hacer un alto y analizar qué condiciones pueden estar manteniendo los salarios bajos antes de continuar conduciendo la conversación en la misma dirección.

En el diálogo reciente no se ha planteado alguna narrativa del por qué se podría estar verificando que los salarios  hayan disminuido a partir del 2002 y no hayan recuperado la tasa de crecimiento que experimentaron entre los años 1991 y 1999.

Es necesario tener en cuenta que basar el diálogo en una representación gráfica no es suficiente y amerita un análisis adicional del proceso de formación de los salarios; y de factores institucionales y de políticas públicas que influyen sobre el mercado de trabajo y la remuneración laboral en República Dominicana.

 

Factores que inciden sobre los salarios

¿Qué determina los salarios en una economía? Al igual que los demás precios, los salarios que reciben cada una de las personas quienes participan en los diferentes mercados de trabajos están determinados por diferentes factores. La formación de los salarios es un proceso determinado por la interacción entre los trabajadores que ofertan sus destrezas laborales y quienes las demandan, los emprendedores.

El primer elemento a tener en cuenta en el proceso de determinación de los salarios es la productividad.  Una forma sencilla de definir este concepto es la capacidad que tiene cada empleado de poder contribuir a la rentabilidad de los procesos productivos mediante su participación en la producción de bienes y servicios.

Como empleado, cada persona tiene ciertas habilidades que les son inherentes ya sea que las ha adquirido por experiencia, o por instrucción sea educativa o dentro de los mismos empleos. Sin embargo, es incorrecto asumir que esas capacidades son suficientes para garantizar una mayor productividad y, en consecuencia, un mayor salario. Lo cierto es que el salario tenderá a ser determinado por la productividad de la persona. No menos cierto es que el salario estará determinado, en el proceso de su formación, por factores que afectarán la productividad de los trabajadores. Algunos de estos factores son inherentes a los procesos productivos particulares, otros lo son a la economía como un todo.

Para empezar, hay que tener en cuenta que los empleados pueden aportar más a los procesos productivos en la medida en la que cuenten con mejor tecnología para trabajar. Es a esto a lo que se refiere la complementariedad entre trabajo y capital; en el sentido de que mientras más adecuadas son las herramientas y maquinarias que tienen los empleados a su disposición, la tendencia es a producir bienes y servicios de mayor valor.

En segundo lugar, las personas no están interactuando únicamente con la tecnología a su disposición, sino que en los procesos productivos intervienen otros empleados de diferentes cualificaciones que inciden en la productividad general de los procesos. Por tanto, aunque algunos individuos puedan exhibir determinadas destrezas, el aporte de las mismas en el proceso de producción estará determinado por las habilidades de los otros empleados que también inciden en dicho proceso productivo.

En este mismo sentido, la gerencia influye en lo que producen los empleados, tanto en su cantidad, como en su valor. Las estrategias implementadas en las empresas, los procesos organizativos, las políticas establecidas y ejecutadas, son, en adición, factores que inciden sobre el valor de la producción y, en consecuencia, en la remuneración de los empleados.

 

Costos que inciden sobre los salarios en República Dominicana:

Lo descrito anteriormente se verifica a nivel interno de las empresas. La realidad es que los procesos productivos no operan en un vacío y son afectados por las políticas públicas, las reglas de juego o instituciones, y por todos los elementos que inciden sobre el ambiente de negocios de un país. Todos estos factores inciden sobre el valor que pueda aportar un trabajador en un proceso productivo y, por tanto, sobre su paga.

Un análisis que indique que los salarios de República Dominicana son bajos estará incompleto si no toma en consideración factores que afectan los costos generales de producir localmente y, en consecuencia, cuánto pueden recibir los empleados como remuneración.

Un empleado dominicano podría contar con destrezas adecuadas para desempeñar su labor. En adición, ser parte de un equipo de trabajo con competencias similares a las suyas y cuyos miembros estén bien equipados con herramientas para poder realizar su trabajo. Adicionalmente, todos se podrían encontrar laborando dentro de una empresa con buenas estrategias, y procesos y políticas internas adecuadas para ejecutarlas. Sin embargo, aunque este fuera el caso, el ambiente de negocios no es conducente a que los niveles de productividad de las empresas locales puedan traducirse en niveles de remuneración similares a los de otros países; tal vez incluso a los que pudimos alcanzar localmente en años anteriores.

El valor de la producción local, a pesar de la eficiencia que puedan alcanzar algunas empresas, está determinado por factores que inciden en los costos de producción. El Cuadro 1 muestra algunos de los elementos que inciden sobre la rentabilidad de los procesos productivos locales.

 

Cuadro 1
República Dominicana tiene los precios de los combustibles más altos de América Central
 
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Fuente: Ministerio de Industria y Comercio de República Dominicana (MIC) y Comité de Cooperación de Hidrocarburos de América Central.
 
República Dominicana posee el cuarto costo de transporte terrestre más alto de América Latina
 
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Fuente: Anuario Estadístico de Transporte de Carga y Logística del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
 
Las empresas locales pagan altas tasas de impuestos como porcentaje de sus ingresos netos
 
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Fuente: Informe Doing Business 2015 del Banco Mundial.
 
 
 
 
República Dominicana tiene la cuarta tasa del IVA (o ITBIS) más alta en América Latina.
 
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Fuente: Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT), International Bureau of Fiscal Documentation (IBFD) y legislación de cada país.
 
 
Las empresas locales deben invertir más tiempo
para el pago de impuestos que el que deben invertir
las empresas de América Central
 
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Fuente: Informe Doing Business del Banco Munidal.
 

 

En adición a los elementos presentados, es necesario considerar costos de autogeneración eléctrica y los costos que representa la inseguridad jurídica, la permisología y la burocracia, entre muchos otros.

Estos elementos inciden sobre los ingresos de las empresas y el poder de compra de los consumidores, de forma local. Internacionalmente, hacen poco competitivas a las empresas que operan en el país. Por consiguiente, el primer paso en el análisis de los bajos salarios es reconocer que los emprendedores locales –micro, pequeños, medianos y grandes–, se enfrentan a costos altos que inciden sobre su capacidad de generar ingresos netos que permitan elevar los niveles salariales.

Los trabajadores dominicanos compiten con los costos de autogeneración, con las altas tarifas de transporte, con los precios de combustibles más caros del DR-CAFTA, con la regulación gubernamental y con el fisco, por una parte del valor de la producción. Es decir, los altos costos de producir –y vivir– en República Dominicana impiden que el valor de lo que producen los trabajadores dominicanos les permita recibir mejores sueldos que si no existieran estas condiciones desfavorables.

En última instancia, si los emprendedores deben enfrentar esos costos que surgen por políticas públicas inadecuadas, el mecanismo de ajuste generalmente se hace por los salarios.  La situación se agrava cuando el propio marco en que se desenvuelven los emprendedores desincentiva la inversión; esto genera mayor desempleo laboral.  En ese caso, los empresarios tienen la posibilidad de optar por personas que estarían dispuestas a trabajar por un menor salario (que es mejor que ninguno).  Eso ocurre aquí y en todos los países con problemas similares.  Por esto es que a mayor costo de hacer negocios y menores inversiones, menor demanda de mano de obra y mayor desempleo laboral y menores salarios.  Es lo que se evidencia en el mercado laboral dominicano, como se aprecia a continuación.

 

Características del mercado de trabajo dominicano.

Uno de los principales elementos a destacar dentro del mercado de trabajo local es la existencia de costos laborales no salariales en los que deben incurrir los empleadores. Dichos costos encarecen muchos procesos productivos en el sentido de que los mismos no guardan relación con el valor que agregan los trabajadores a la producción. Por consiguiente, incurrir en estos costos, determinados por legislaciones, suele encarecer la contratación local de trabajadores.

La Tabla No. 1 resume los principales costos laborales no salariales que debe pagar un empleador formal en República Dominicana, expresados como porcentaje del salario.

 

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Muchos de los costos laborales no salariales son parte de la remuneración total de los trabajadores. En consecuencia, al emplear una medida del ingreso promedio reportado por los trabajadores se está realizando una subestimación de la remuneración que reciben los empleados en la economía[1].

Lo correcto es tomar en cuenta todos los beneficios que recibe un empleado, como transporte, almuerzos, seguros complementarios, pago de colegiatura de los hijos, y otros que varían de empresa a empresa, y entre los mismos empleados. En el proceso de formación de lo salarios, emprendedores y trabajadores toman en cuenta lo que a veces coloquialmente denominamos “el paquete remunerativo”, ya que el mismo representa la compensación total erogada.

El Cuadro 2 muestra diferentes características de la realidad laboral dominicana.

 

Cuadro 2
 
Sólo un 57% de las personas en edad de trabajar participa en la fuerza laboral
 
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Fuente: Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo (ENFT) del Banco Central de la República Dominicana (BCRD).
 
Gran cantidad de desalentados no buscan empleo activamente
 
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Fuente: ENFT del BCRD.
 
La mayor parte de los empleados se encuentran en la informalidad
 
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Fuente: ENFT del BCRD.
 
Más del 16% de los empleados están subempleados
 
 
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Fuente: Elaboración de CREES con información de la ENFT del BCRD.
 
 
Ingresos por hora más altos en el sector formal
 
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Fuente: ENFT del BCRD.
 

Como se aprecia, existe una muy baja participación en el mercado laboral dominicano, ya que las bajas remuneraciones –por factores explicados anteriormente– no atrae a los trabajadores a participar en la fuerza laboral. Solo alrededor del 57% de aquellas personas en edad de trabajar, se encuentran activas dentro de la fuerza laboral medida por medio de la Población Económicamente Activa (PEA).

 

Las limitadas y poco atractivas oportunidades de empleo a las cuales se enfrentan los trabajadores del país elevan el nivel de personas desalentadas dentro de la economía; es decir, personas que estando desempleadas no buscan empleo de forma activa. Los niveles de desaliento, o la no búsqueda de empleos, se mantienen altos. En 2014, alrededor del 9% de la fuerza laboral, unas 427,000 personas, estaban desempleadas pero no buscaban trabajo activamente.

 

Una proporción superior al 16% de aquellas personas que están empleadas, se encuentran subempleadas. Es decir, que estarían dispuestas a trabajar más horas a la semana y, en consecuencia, recibir una mayor remuneración. Ese es otro indicador de que, aún entre los empleados, existen precariedades que van más allá de la remuneración y tienen inicio en la cantidad de horas en las que pueden participar en los procesos productivos.

De igual forma, la mayoría de los trabajadores que consiguen salir del desempleo tienen que conformarse laborar en la informalidad. En efecto, la tasa de informalidad laboral es de 56% según las estadísticas oficiales. Cuando se emplea una medida de informalidad laboral que toma en cuenta el carácter legal del empleo en cuanto a si el trabajador cotiza o no en la seguridad social –una medida que algunos autores entienden es más adecuada[2]–, la informalidad alcanza el 65%.

La informalidad incide sobre la remuneración que perciben los trabajadores dominicanos. Como se puede observar, los ingresos promedios de quienes laboran en la informalidad son inferiores a los de aquellos que se encuentran en la formalidad del mercado laboral dominicano.

En una economía de bajo desempleo, los emprendedores tienen que incrementar los salarios para poder atraer empleados a que participen en los procesos productivos. La realidad dominicana, de baja inversión y altos costos de producción, no permite que esto se verifique. El mercado laboral dominicano refleja estas precariedades a través de baja participación laboral, alto desempleo y elevada informalidad.

 

Conclusión

En economía, es importante contar con una comprensión de los procesos que intervienen en la formación de los precios. Siendo el salario un precio dentro de la economía, es necesario que los planteamientos sobre los mismos provean explicaciones sobre las condiciones subyacentes que están determinando su nivel promedio. Dicho de otra forma, al diálogo actual sobre la relación entre ingresos y productividad le ha faltado una narrativa del por qué los salarios son bajos en República Dominicana.

Cuando se toma en cuenta que la economía dominicana presenta diferentes elementos de costos elevados que tienen su origen en factores institucionales y de políticas públicas, se facilita el entendimiento de los bajos salarios en el país. Un ambiente de inversión que impone altos costos para establecer y operar un negocio, no conduce a la creación de puestos de trabajo en la cantidad suficiente para reducir el desempleo y el subempleo. Las mismas condiciones crean los incentivos para la existencia de altos niveles de informalidad laboral. Al final, la menor demanda de mano de obra, la informalidad y los efectos de los altos costos de la economía sobre los ingresos netos se reflejan en salarios bajos.

 


[1] Feldstein, Martin. (2008). Did Wages Reflect Growth in Productivity? Recuperado de http://www.nber.org/feldstein/WAGESandPRODUCTIVITY.meetings2008.pdf

[2] Ver: “Measuring Informal Employment In OECD Countries” de Danielle Venn , “The informal labor market in Colombia: Identification and characterization” de Raquel Bernal e “Informalidad laboral en las áreas urbanas de Colombia” de Luis Armando Galvis.

 

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