Autores: Ernesto Selman y Rafael Fornet
Este artículo es un extracto del Estudio: "Venezuela: análisis económico de un país en crisis" que se puede descargar aquí.
Durante los últimos quince años, en Venezuela se adoptó un sistema político con alto intervencionismo estatal en todos los ámbitos de la vida en sociedad, que sus promotores denominaron “Socialismo del Siglo XXI”. El orden institucional se tornó altamente discrecional para aplicar políticas populistas clientelares, ejerciendo un poder casi hegemónico por el uso de la fuerza o la amenaza del uso de la fuerza. Las libertades política, económica y civiles se han visto cada vez más restringidas, dado que el régimen chavista ha interpretado, cambiado y acomodado la constitución y las leyes a los intereses del grupo gobernante. Esto ha provocado abuso de poder político, corrupción rampante, altos niveles de inseguridad ciudadana, escasez, inflación, restricción a los derechos de asociación y expresión, entre otros.
Violación a la propiedad privada
En Venezuela, el poder se ejerce sin tomar en consideración los principios económicos más básicos, como el respeto a los derechos de propiedad. Se estima que bajo el régimen de planificación centralizada venezolano se han expropiado o estatizado más de 50,000 propiedades entre fincas (pequeñas, medianas y grandes), industrias y comercios, entre otros, sin compensación por valor de mercado. Durante los últimos 15 años se han expropiado empresas o sectores completos: electricidad, telecomunicaciones, banca y finanzas, petróleo y tecnología, entre otros. En noviembre, 2013 se estatizaron dos plataformas petroleras alegando razones de utilidad pública y de interés “social”.
Ambiente de negocios
Desde los inicios del régimen chavista ha habido un ataque frontal a la economía de mercado, imponiendo trabas, barreras y altos costos ocultos que promueven cada vez menores inversión, producción, generación de empleos y de riquezas. El ambiente de negocios en Venezuela se ha deteriorado por expropiaciones, censuras a la libertad de asociación y despilfarro de recursos que utiliza el régimen para concentrar el poder a través del populismo y el clientelismo, entre otros.
En publicaciones como el Doing Business del Grupo Banco Mundial y el Informe de Competitividad Global del Foro Económico Mundial, Venezuela se sitúa como uno de los países con mayores trabas hacer negocios. Los incentivos a incursionar en actividades económicas se desvanecen y se producen menor cantidad de bienes y servicios; se genera escasez que se traduce a necesidades humanas insatisfechas.
Industria petrolera
Venezuela cuenta con las mayores reservas verificadas de petróleo en el mundo y los ingresos por venta de este producto representan la principal fuente de ingresos del Estado venezolano. En efecto, los ingresos petroleros representan un 65.7% de los ingresos fiscales; por esto, se señala que el Estado venezolano es un Petro-Estado. Por otro lado, las exportaciones petroleras representan el 96.6% de las exportaciones total de mercancías, según el Banco Mundial. Estas variables evidencian la importancia que significa la industria petrolera para la economía venezolana y lo vulnerable que puede ser una sociedad cuando los que ostentan el poder se subrogan el derecho de disponer de esos recursos. Con instituciones débiles, la discrecionalidad, privilegios y la corrupción forman parte de la ecuación.
La empresa que maneja la industria petrolera es la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), que surgió en 1976 a partir de la nacionalización de esta industria a principios en 1975. PDVSA ha sido la “vaca lechera” del régimen chavista para aplicar su política populista y clientelista. A pesar de representar un pilar de las finanzas públicas, se han dejado de realizar inversiones y mantenimiento a la infraestructura, trayendo como consecuencia una reducción de la producción diaria de crudo.[1] También esta empresa ha sido una de las más afectada por la burocratización del Estado venezolano, ya que su nómina se ha incrementado de 34 mil en 2003 a 104 mil en el 2012.[2]
Ingresos, gasto y deuda públicos
Uno de los factores claves para centralizar el poder en Venezuela es que el Estado obtiene casi dos terceras parte de sus ingresos por la renta petrolera (tributarios y no tributarios); no es necesaria cargar constantemente a los ciudadanos con mayores impuestos. El régimen chavista ha mantenido una política fiscal irresponsable en la medida que mayor gasto público deficitario se traduce en mayor deuda con acreedores en el exterior (principalmente China) y a lo interno (principalmente BCV).
Los déficit fiscales se han presentado a pesar del incremento del precio del petróleo que, por consiguiente, se traducen a mayores ingresos del Estado. El problema radica en un gasto público que generan políticas populistas clientelares, acompañado de transferencia de rentas a grupos particulares con mecanismos poco transparentes. El incremento del gasto público desproporcionado ha resultado en la generación de altos déficits estructurales, como se aprecia en la Gráfica No. 1; para el 2012 el déficit fiscal alcanzó 16.6% del PIB y durante el pasado año se situó en 15.1%.
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Controles Cambiarios
Los controles cambiarios han distorsionado las distintas actividades económicas en Venezuela desde hace más de 10 años. Los controles han promovido una mala asignación de recursos escasos en la economía hacia sectores, industrias y grupos preferidos del régimen chavista; el gobierno ha elegido ganadores y perdedores al asignar las divisas en el mercado[3]. En Venezuela existe un complicado sistema cambiario que actualmente se compone de cuatro tipos de cambio a través de tres mecanismos dirigidos por el régimen (CADIVI, SICAD I y SICAD II) y el mercado paralelo o “negro”, donde se realizan la mayor cantidad de compras y ventas de divisas.
Las restricciones de hacer transacciones en un mercado libre de intervencionismo estatal implica escasez de divisas y un costo oculto muy alto para hacer negocios y planificar la producción en Venezuela; la incertidumbre implica menores inversión y producción, al tiempo que se genera cada vez menos empleos y riquezas. Llama la atención la dispersión que existe entre el mecanismo inicial de controles cambiarios (CADIVI) al Bs. 6.3 por US$, versus el mercado paralelo al Bs. 70 por US$. Esto introduce incentivos de obtener rentas fuera de mecanismos de mercado al tratar de comprar divisas en un mercado estatizado para vender en otro mercado de divisas. Debido a que buena parte del mercado lo controla el Estado, esto también se presta a corrupción y clientelismo político.
Dinero, Inflación y Controles de Precios
Las reservas internacional de Venezuela que respaldan la emisión de dinero han disminuido en los últimos años. En diciembre, 2011 las reservas internacionales netas (RIN) eran US$29,889 millones a lo que se añade el los recursos del FEM de US$3 millones. Al 28 de mayo del año en curso, las RIN eran de US$21,014 millones más los US$3 millones del FEM.
Durante los últimos años las emisión de dinero se ha incrementado en la medida que las reservas internacionales se han reducido, como se muestra en la gráfica. Según el BCV, la liquidez monetaria o medio circulante (M2) se incrementó en 205% desde diciembre, 2011 a abril, 2014. El medio circulante o M2 pasó de unos Bs. 446,617 millones en diciembre, 2011 a Bs1,362,000 millones en abril, 2014; es decir, se multiplicó por más de tres veces en estos pocos años.
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Con una política monetaria que emite dinero reduciendo reservas internacionales es claro que se presentan presiones inflacionarias a nivel de precios. En efecto, la inflación de precios en Venezuela alcanzó 56.1% durante el 2013, según estadísticas del Fondo Monetario Internacional (FMI), la cual representa la mayor tasa de inflación en el mundo para ese año. El régimen chavista indicó que la inflación fue el resultado de la “guerra económica” de la oposición y el sector privado contra el gobierno.
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Crisis Eléctrica
Desde hace varios años Venezuela enfrenta una severa crisis en el sistema eléctrico, ocasionando apagones de varias horas; éstos se concentran mayormente fuera del área metropolitana de Caracas. Esta crisis se fundamenta en problemas técnicos ocasionados por la falta de inversión en mantenimiento y mejora de las redes de transmisión y distribución. Dado que Venezuela es un país petrolero, se esperaría que no haya crisis energética. Sin embargo, el orden institucional imperante donde el Estado es propietario del sistema eléctrico luego de estatizarlo, no existe incentivos a que se minimicen las pérdidas.
Conclusión
Venezuela está inmersa en una crisis económica, social y política sin precedentes por políticas públicas que han producido mayor pobreza, violencia y fricciones entre distintos grupos de la sociedad. La historia demuestra que las ideologías colectivistas implementadas en sociedades humanas requieren, necesariamente, de regímenes autoritarios o totalitarios para llevarlas a la práctica. En cambio, un sistema político, económico y social fundamentado en los derechos a la vida, libertad y propiedades individuales, son favorables a que cada quien alcance sus sueños con alta calidad de vida[4].
La obstinación de un grupo de aferrarse al poder bajo el uso o amenaza del uso de la fuerza no es sostenible en el tiempo. Hoy existe sed de libertad en Venezuela. La historia demuestra que un orden institucional que garantiza los derechos de las personas crean el ambiente para la colaboración pacífica e intercambio voluntario ente los miembros de una sociedad; es precisamente esa colaboración e intercambio que va creando el tejido social. Lo que requiere Venezuela es una democracia liberal con una fuerte economía de mercado, donde las personas puedan alcanzar sus propios sueños colaborando con el prójimo, siempre buscando mejor calidad de vida. Este es el reto de la actual generación en Venezuela.
[1] Una de las consecuencias de la falta de mantenimiento e inversión que se realiza en las refinerías, es la explosión en 2012 de una de las principales refinerías del país, Amuay, en la cual murieron 48 personas y más de 150 resultaron lesionadas. Esta explosión fue el resultado de una filtración de gas y se agravó debido a la no implementación de un plan de contingencia.
[2] Memorias Petróleos de Venezuela, enero 2013.
[3] Una de las perdedoras de la asignación de divisas ha sido la libertad de expresión, dado que los periódicos críticos al régimen no reciben divisas para comprar papel que requieren en sus procesos productivos.
[4] Juan Pablo Duarte, Padre Fundador de la República Dominicana, dejó registrado en su propuesta de Ley Fundamental o Constitución que garantizar los derechos a la vida, libertad, honor y propiedades individuales eran la base de una sociedad libre.
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